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El minuto de silencio más largo del mundo

  • Este viernes nos hemos unido al grito silencioso frente al Ayuntamiento por el execrable asesinato de una niña de cuatro años víctima de violencia de género en Valladolid

Un minuto de silencio que se hace largo. Eterno. Interminable. Todo el mundo por igual, frente al Ayuntamiento, pensando en esta trágica muerte. Otra más. De una persona más. Por una causa que parece no tener fin, pese al empeño y el trabajo de muchos y muchas para terminar con esta lacra. Pero no es un asesinato cualquiera. La víctima es hoy una niña de cuatro años.

El dolor se hace más intenso en esos segundos en los que apenas se escucha nada en la Plaza Mayor. Solo el silencio en forma de viento. Ese silencio que en realidad es un grito, un grito de todos, conjunto, un grito de dolor y de impotencia mientras las banderas ondean a media asta en el balcón del Consistorio. Inimaginable lo que la violencia de género puede llegar a significar para quienes, por desgracia, la sufren.

Por eso nos hemos unido al grito silencioso, a esta protesta. Este terrible asesinato ejemplifica toda la violencia directa o agresiones que se ejerce en muchos hogares desde que la historia es historia: la violación a lo largo de los siglos, la violencia sexual verbal y física durante toda una vida, la trata y explotación sexual, las humillaciones y acosos públicos y privados por su condición sexual, los matrimonios forzados incluso en edad infantil, la violencia física y abusos sexuales en el seno de la familia por parte de padres, hermanos o maridos.

Tantas manifestaciones y tan recurrentes evidencian que no hablamos de casos puntuales, sino instrumentos de la violencia estructural que también impone una discriminación económica o institucional, con el fin de tener a las mujeres sometidas en todo el planeta. Todo esto, condensado en el minuto de silencio más largo del mundo.