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Impulsando el urbanismo de género en Valladolid

 

  • Este 25N Manuel Saravia presentó el proyecto de “El Mapa del miedo. Repensando el espacio público desde una perspectiva de género”, concebido como una herramienta estratégica para la prevención de violencia de género

A raíz de este 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el Museo Patio Herreriano ha creado un dispositivo de exhibición para mostrar un proyecto ya con largo recorrido en el Ayuntamiento de Valladolid. Fue puesto en marcha por la Concejalía de Educación, Infancia, Juventud e Igualdad y a él se ha sumado, en fechas recientes, la Concejalía de Planeamiento Urbanístico. Es, por tanto, un proyecto para la ciudadanía auspiciado por el Consistorio que quiere poner el foco en uno de los problemas acuciantes de nuestro tiempo, la violencia contra la mujer. El proyecto, de enorme relevancia, lleva por título “El Mapa del miedo. Repensando el espacio público desde una perspectiva de género” y está concebido como una herramienta estratégica para la prevención y la eliminación del riesgo ante posibles contingencias en este ámbito. Esta presentación ha contado este lunes con la presencia nuestro concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda.

“Mapa del miedo. Repensando el espacio público desde una perspectiva de género”

Es una actuación que pretende conseguir un espacio público más seguro, más amable, más sostenible y con mayor calidad de vida para sus habitantes, utilizando para ello la planificación y el diseño de los espacios urbanos desde la perspectiva de género, esto es, incorporando las necesidades y aportaciones de las mujeres al urbanismo.

Es necesario recuperar todos los espacios urbanos para su uso y disfrute con total libertad, sin temor a un peligro inconsciente y subjetivo que no tiene por qué ser real y que afecta a la vida cotidiana de toda la población, y específicamente a la de las mujeres (por su especial vulnerabilidad ante posibles agresiones sexuales o sexistas). Para el Museo Patio Herreriano, especialmente sensibilizado con toda reevaluación del espacio público, la creación de este dispositivo refuerza el compromiso de esta institución con la voluntad de revisar la realidad que nos rodea y proponer instrumentos para relacionarnos con el espacio que nos es común.

Éste consiste en un conjunto de mapas de los diferentes distritos de la ciudad en los que aparecen marcados los lugares que demandan acciones con las que ahuyentar riesgos para la ciudadanía. Junto a ellos, una pantalla emite una sucesión de imágenes estructurada en función de las diferentes tipologías de espacios urbanos sensibles (plazas, túneles, portales, calles comerciales que se vacían con el cierre de los negocios, etc.).

En otro ámbito, se muestran los resultados de una encuesta que plantea posibles nuevas acciones a partir de las experiencias y anhelos de la ciudadanía y, finalmente, el testimonio del periodista de El Norte de Castilla, Antonio García Encinas, galardonado en 2019 con el Premio Cossío por el estudio “Espacios del Miedo”, un trabajo que se encuentra, en buena medida, en el origen de lo que aquí mostramos junto a un reportaje realizado por Televisión Española emitido dentro del programa “A partir de hoy” magacín matinal y diario en el cual se explican algunas de las actuaciones que se han llevado a cabo en la ciudad.

Las políticas públicas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres cuentan con una larga trayectoria en nuestro Ayuntamiento, no en vano, el primer Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres que se aprobó fue en 1993, siendo entonces D. Tomás Rodríguez Bolaños el alcalde de la ciudad. Con el paso de los años, sucesivos Planes fueron implementándose y con ellos la consolidación de una mayor conciencia en torno a la necesidad de equiparar la situación del hombre y de la mujer en los diferentes ámbitos de la sociedad, una conciencia actualizada en los diferentes Planes municipales que han incluido, como se desprende del estudio al que acompaña este texto, un replanteamiento de las particularidades del espacio público desde una perspectiva de género.

Muchos se preguntarán el por qué de la exhibición de un estudio de estas características en un Museo de Arte Contemporáneo. La respuesta es bien sencilla. Una de las prioridades de todo Museo dedicado al arte de nuestro tiempo es dar voz a todo anhelo de justicia social y arrojar luz sobre nuevas posibles maneras de entender el statu quo, esto es, el momento actual, caracterizado, como sabemos, por sus contradicciones y sus vaivenes. La voluntad de repensar el espacio común desde la perspectiva de género que plantean en Mapa del miedo la Concejalías de Educación, Infancia, Juventud e Igualdad y la Concejalía de Planeamiento Urbanístico y Vivienda es un asunto candente en el imaginario artístico contemporáneo, toda vez que los intersticios y las brechas que se abren en la percepción normativa o tradicional de lo público son escenarios idóneos para el florecimiento de la creación.

Planes municipales elaborados en años sucesivos han venido subrayando esta necesidad de llevar cabo intervenciones específicas en el urbanismo de la ciudad que puedan mejorar la seguridad de sus habitantes, en especial la de las mujeres. Una de ellas es el mapa de riesgos que es origen de lo que vemos hoy en esta sala del Museo, creado con el fin de evitar los espacios susceptibles de provocar situaciones de riesgo. Se empieza a trabajar con informes realizados por la Policía Municipal, a los que se sumó un estudio realizado por un periodista local de “El Norte de Castilla”, Antonio García Encinas, sobre los espacios del miedo en la ciudad. Desde el Ayuntamiento se contacta con este periodista para cotejar sus conclusiones y las del estudio llevado a cabo por el Consistorio con los testimonios de las vallisoletanas. El resultado fue sorprendente, pues había una coincidencia prácticamente total.

A su vez, en la Concejalía de Urbanismo, se estaba procediendo a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y por vez primera se redacta un documento para aplicar la perspectiva de género en el urbanismo, con el fin de evitar la discriminación de las mujeres en el hábitat de la ciudad. De esta forma el mapa del miedo cobra una enorme importancia estratégica, sirviendo como premisa para incluir una serie de consideraciones en la normativa del PGOU para eliminar posibles espacios de inseguridad.

Se evita la urbanización de nuevos suelos dispersos que traben la relación natural con la ciudad existente (separados por infraestructuras u otras barreras físicas). Además, se prohíbe la concentración de usos de manera monofuncional, obligando a diversidad de usos a través del uso global del sector o la ordenación detallada por parcela en los nuevos sectores.

En la ciudad existente (ya consolidada) la revisión introduce actuaciones de rehabilitación, regeneración y renovación urbana o remodelación de zonas abandonadas (antiguos cuarteles), para mejorar y enriquecer el tejido urbano. Se prohíben las transformaciones de usos que prioricen los de tipo terciario sobre los residenciales (especialmente en el Centro Histórico) para evitar el efecto de despoblamiento del centro, donde se produce un gran contraste entre la vida de calle durante el día y la ausencia de gente al finalizar el horario de comercio.

Finalmente, se elaborará un estudio específico del espacio público, analizando los usos, accesos, zonas o itinerarios de paso, lugares de estancia, grupos de usuarias y usuarios

Todo este trabajo desarrollado necesitaba de una participación ciudadana que corroborase los datos obtenidos, aunque sólo fuese para dar una mayor validez y legitimidad a los espacios detectados y poder confirmar que partíamos de una evidencia para poder transformarla. De este modo, en el mes de septiembre se elaboró una encuesta dirigida a toda la población para que identificasen los lugares que consideraban inseguros o en los que al transitar por ellos sentían temor.

Esta encuesta se realizó mediante una aplicación elaborada desde el propio Ayuntamiento y a la que se podía responder desde cualquier dispositivo electrónico (ordenador, móvil o tableta).

Se recibieron 525 respuestas, de las cuales un 22,86% fueron de hombres, un 74,29% de mujeres y el 2,86% de identidad diversa, lo que nos confirma que son las mujeres las que en mayor medida se sienten inseguras en el uso de los espacios públicos y es necesario, por tanto, la incorporación de la perspectiva de género al diseño urbano. Ese temor se siente con mayor frecuencia en las edades comprendidas entre los 19 y los 45 años, edades en las que las mujeres se encuentran en etapas fértiles y de mayor actividad sexual, y cuando el temor a una agresión sexual tiene una mayor intensidad.

La sensación de miedo cuando se circula o se camina por la ciudad tiene nombre de mujer: un 87,81% de las mujeres confiesa sentir miedo frente a un 10,48%, y sus espacios del miedo se corresponden con los túneles por su escasa visibilidad (ver y ser vista), los parques por la falta de iluminación y algunas calles por encontrarse solitarias, vacías e igualmente con poca luz… Labradores, Delicias y Vadillos son barrios que se mencionan de forma repetida.

Por último, en lo que se refiere a las condiciones que asocian a los riesgos identificados, las respuestas coinciden mayoritariamente en la falta de visibilidad (44,19%), escasa iluminación (66,29%), ausencia de personas y/o actividad (66,29%) y el tránsito por parques y jardines (27,05%).