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Juventud, alimentación y medio ambiente en los huertos escolares

 

  • María Sánchez, como concejala de Medio Ambiente, visitó este miércoles los huertos escolares, un proyecto que funciona desde hace meses en hasta ocho colegios públicos

¿Hay forma de unir juventud, conciencia por el medio ambiente y por la alimentación ecológica? Sí, gracias a los huertos escolare. Desde el inicio del presente curso, la Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad, con la colaboración de otras entidades, puso en marcha el programa de huertos escolares “Cultivando Educación Ambiental”.

Desde entonces, ya son varios los meses en los que los alumnos y alumnas de ocho centros escolares de la capital vienen trabajando de manera intensa, convirtiendo lo que hasta hace poco eran zonas olvidadas en el patio en lugares de encuentro, no solo para padres y alumnos, sino también una herramienta de enseñanza indispensable para el profesorado. «Es agradable que los niños y niñas vean y aprendan que las frutas y verduras no crecen en los estantes del supermercado», ha asegurado nuestra concejala, María Sánchez, en la visita de este miércoles al Colegio El Peral.

El alumnado de los ocho centros públicos en los que se está llevando a cabo el programa, como son el CEIP El Peral en el barrio de Covaresa, el CEIP Francisco Giner de los Ríos en Huerta del Rey, el CEIP Miguel Hernández en el barrio de Pajarillos, los CEIP Antonio Machado y Gabriel y Galán en el barrio de La Pilarica, el CEIP Francisco de Quevedo en el Paseo de Zorrilla y los CEIP Miguel Delibes y Pedro Gómez del Bosque en el barrio de La Victoria, ha venido trabajando de manera conjunta implicando a algunas AMPAS, desde el diseño de sus propios huertos, la planificación de los cultivos o la siembra y el cuidado de las semillas.

Así, a través de estos espacios, no sólo se ha pretendido que el huerto escolar sea un elemento curricular más en el desarrollo de las asignaturas, sino que en él se apliquen conocimientos básicos como el cultivo de nuestros alimentos con técnicas respetuosas con el medio ambiente, la conservación de la biodiversidad, la concienciación sobre hábitos de consumo más saludables y sostenibles y la importancia de favorecer un consumo de proximidad y ecológico.

Desde ahora y durante los próximos meses, se empezarán a recoger los frutos de un trabajo en el que niños y niñas además de haber aprendido a organizarse, resolver conflictos, y hacer una planificación de su trabajo, habrán desarrollado actitudes y comportamientos respetuosos con el medio ambiente y contribuyendo a la mejora del entorno y del mundo en el que vivimos.