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Modificación del Reglamento Orgánico: Una apuesta por la participación, la transparencia y el pluralismo

Reglamento orgánico

Arranca el debate municipal sobre la modificación del Reglamento Orgánico del Ayuntamiento de Valladolid. Lo que puede parecer un aburrido asunto de burócratas y funcionarios, se trata en realidad de uno de los hitos que van a marcar si verdaderamente la transparencia, la participación, el acceso a la información y el buen gobierno toman carta de naturaleza en la Casa Consistorial.

El actual Reglamento le proporciona al equipo de gobierno una situación de privilegio que la oposición ha sufrido en las últimas legislaturas y que entendemos no debe perdurar. Desde Valladolid Toma La Palabra creemos que la transparencia y la participación deben practicarse más allá de la retórica, por lo que vamos a proponer medidas concretas para ello.

Sería un plus de democracia y transparencia que la oposición pudiera formar parte de la Junta de Gobierno y que tenga el más cómodo acceso a la documentación relativa al planeamiento, contratación o presupuestos, y así lo proponemos en nuestra propuesta de Reglamento. Y también planteamos que la Comisión de Contratación esté siempre presidida por un miembro de la oposición: el control de la actividad de la administración local debe exigir las más altas cotas de rigor.

Poner la administración al servicio de los ciudadanos: un hermoso lema que tiene que ponerse en práctica con medidas concretas. La primera, la posibilidad del control de la administración local. Por eso, creemos imprescindible facilitar el acceso a la información de contratación pública y declaraciones de bienes de concejales y concejalas a través de la web municipal.

La participación ciudadana, por último, es ese reto siempre pendiente que debe también ser abordado desde el Reglamento Orgánico. Una participación facilitadora,  que haga tomar parte a la ciudadanía en general de las decisiones trascendentes de la ciudad; una participación que tendrá que ser regulada y definida a través del debate y el acuerdo con las organizaciones sociales para poder, por ejemplo, intervenir en los presupuestos participativos, en consultas ciudadanas, y poder sentir que, en efecto, los ciudadanos contamos verdaderamente en esta ciudad.

El Reglamento Orgánico del Ayuntamiento de Valladolid será algo más que una aburrida norma aparecida en un Boletín Oficial. Tiene que ser el primer paso para demostrar que otra administración de lo público es posible. A ello.