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Una estrategia “en racimo” para la industria y el empleo en Valladolid

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¿Qué Valladolid queremos para el futuro? ¿Cómo consolidar la población existente, evitar que la gente joven emigre? ¿Cómo generar empleo y expectativas de futuro en la ciudad y su entorno?

En una ciudad con un 17% de paro, en una comunidad autónoma donde resulta cada vez más difícil encontrar expectativas, tenemos que decidir qué Valladolid queremos construir. Nuestra región tiene un sector automovilístico muy potente, pero debemos buscar y encontrar nuevas oportunidades para la industria. La respuesta está en el sector productivo e industrial agroalimentario, que nuestra región ha sido el que ha experimentado un mayor auge en los últimos años y que tiene un enorme potencial para potenciar y diversificar nuestra industria.

Valladolid, durante siglos de historia, ha intentado dar salida a sus productos derivados de cereales y uva a través de la dársena del Canal de Castilla y las vías del tren, pero los distintos gobiernos no han sido capaces de articular una propuesta viable y potente. Todos los planes de parques industriales previos han quedado en el cajón por no haber sabido identificar y aprovechar la industria y las comunicaciones existentes y las sinergias que se podían establecer entre ellas y su entorno.

Una estrategia en “racimo”

Los grandes polígonos industriales monofuncionales tienden a plantear problemas urbanísticos de servicios, accesibilidad, transporte o logística. En Valladolid, sin embargo, existen muchos pequeños núcleos industriales agroalimentarios diversos y repartidos de manera dispersa. ¿Y si pudiéramos crear un complejo industrial descentralizado y discontinuo pero bien integrado y que aprovechase al máximo las estructuras existentes y las nuevas infraestructuras ferroviarias?

Esta es la que Manuel Saravia ha llamado la “Estrategia de Racimo” para el Parque Agroalimentario: un plan para agregar, como si fueran las uvas de un racimo, una serie de espacios urbanos ya existentes en el entorno de la ciudad para formar un gran complejo, de más de 1.000 hectáreas en total, conectado de manera eficaz sobre las infraestructuras de transporte de gran capacidad. El “racimo” incluirá mercados mayoristas e industria agroalimentaria y auxiliar existente y ofrecerá nuevos espacios y oportunidades de implantación para empresas del ramo, fomentando especialmente el ámbito de la agricultura ecológica, y se dotará de coherencia y conectividad logística con una red de nodos de comunicaciones viaria y ferroviaria bien planificada y apoyada en las infraestructuras con la que ya contamos.

Además, su estructura buscará la integración con todos los servicios relacionados (restaurantes, hoteles, entidades financieras, asesorías, oficinas de seguros, agencias de transporte, edificios de I+D+i, etc.) que ya posee la ciudad misma. La estrategia prevé construir un funcionamiento coordinado de todos estos elementos, integrando su funcionamiento de forma progresiva.

La filosofía del proyecto es reutilizar e impulsar el tejido productivo y las infraestructuras existentes en un nuevo parque en que las sinergias entre los sector agroalimentario, logístico, de transportes y de servicios creen un nuevo polo de atracción para la industria, que permita definir un futuro más esperanzador para nuestra ciudad, que genere empleo y que contribuya poner freno a la despoblación y a los peligros de la falta de diversidad productiva.

Aprovechando nuestro entorno

Esta plataforma logística y agroalimentaria será el núcleo de mayor importancia en el sector para todo el noroeste de la península, tanto por su magnitud como por su ubicación privilegiada en el centro de la meseta norte y en el Eje Atlántico, con tres características que la diferenciarán de otras plataformas: se vinculará con la producción ecológica, alcanzará una gran dimensión sin el riesgo que supondría crear un inmenso polígono disfuncional y reciclará y aprovechará al máximo las estructuras existentes, poniendo a funcionar instalaciones hoy ociosas y sin futuro, limitando el consumo de suelo y facilitando la rentabilidad económica del proyecto.

El proyecto se consolidará como el referente de su entorno. A nivel metropolitano, buscando la conexión de Centrolid y Mercaolid, la industria existente en el este de la ciudad, las grandes y pequeñas y medianas empresas del sector, la nueva Plataforma Logística y Agroalimentaria, las empresas de sectores auxiliares y los núcleos industriales del alfoz con las vías de transporte de alta capacidad, la VA-30 y la circunvalación, el aeropuerto y el Nuevo Complejo Ferroviario de San Isidro. A nivel regional y estatal, como proyecto de interés prioritario en Castilla y León dentro de la Estrategia Logística Nacional. A nivel europeo, integrando de forma eficaz nuestra producción industrial en la Red Básica (Core Network) de la RTE-T (red de corredores ferroviarios transeuropeos), definida por la Unión Europea como parte de los elementos estructurantes de la Red en el Corredor Atlántico y como enclave de la Estrategia SICA de la macrorregión RESOE (Macrorregión de Regiones del Sudoeste Europeo).

Un proyecto de futuro

Este es un gran plan de futuro en el que la concejalía de Manuel Saravia lleva trabajando desde el inicio de la legislatura. Como ha señalado en la presentación, “lo fundamental ahora es no parar”. A corto plazo, se adecuarán las figuras de planeamiento, se creará un consorcio con la Junta de Castilla y León y Mercasa al que se invitará a entidades privadas como Vitartis, la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León. A medio plazo, hasta 2030, se ejecutarán las obras de urbanización y el parque irá tomando carta de naturaleza. A largo plazo, se consolidará el proyecto, previsiblemente hasta 2050. Son unos plazos largos para un proyecto de futuro, ambicioso, pero realista, bien pensado y necesario para el futuro de Valladolid y nuestra región, que supondrá para Valladolid en el siglo XXI una transformación comparable a la que produjo en el XIX la aparición del ferrocarril y en el XX la llegada de la industria automovilística.

El coste de ejecución total rozará, según una primera estimación, los 100 millones de euros, y se prevé que, finalmente, el proyecto establezca 5.000 nuevos puestos de trabajo consolidados, sin contar con el empleo que generará todas las fases previas de planeamiento y construcción.

¿Quieres saber más?

El proyecto del Parque Agroalimentario es, sin duda, complejo. Si quieres conocerlo más en profundidad, te dejamos con algunos documentos de interés:

*Descarga nota de prensa “El Parque Agroalimentario apuesta por la diversificación industrial, el empleo y la fijación de población”

*Vídeo de la presentación de Manuel Saravia en la Rueda de Prensa. 16 de noviembre de 2016

*Descarga el documento «Directrices Estratégicas para el Desarrollo de la Plataforma Agroalimentaria y Logística de Valladolid (Plaolid)». Noviembre 2016.