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Debate de Presupuestos 2023

Este es el octavo presupuesto que presenta este gobierno. Y el octavo que presentamos sin estridencias. Es algo que no debería ser noticia, pero lo es, como se ha podido comprobar en otras muchas administraciones en las que no hay mayorías absolutas. En Valladolid, este equipo de gobierno ha puesto siempre el interés de la ciudadanía por delante de nuestras diferencias, porque las administraciones tienen que estar para ofrecer seguridad y certidumbre.

Pero para dar seguridad y certidumbre no basta con ese mínimo de llegar a acuerdos. También es necesario que esos acuerdos se traduzcan en garantía de derechos y servicios. Y, humildemente, creo que en esa dirección estamos caminando desde hace ocho años.

Pensando en cómo preparar esta intervención, de pronto encontré cierta inspiración en el camaleónico Toni Cantó. Me refiero a su faceta de actor, en este caso. En uno de sus primeros papeles destacados, en la serie Siete Vidas, interpretaba a un joven que despertaba tras dieciocho años en coma. No he querido imaginar una situación tan dramática, pero sí me ha parecido interesante intentar mirar la ciudad desde los ojos de una persona que hubiera abandonado Valladolid hace 8 o 9 años para estudiar o trabajar en algún lugar de Europa y que volviera ahora a encontrarse con la ciudad. ¿Notaría cambios en Valladolid?

Algunos sí, los más evidentes. Varias nuevas calles peatonalizadas, otras con aceras ensanchadas, alguna nueva promoción de viviendas, un paso nuevo en Pilarica, obras entre Panaderos y Delicias que tienen pinta de ser algo importante… Sin embargo, los presupuestos municipales sirven para otras muchas cosas que no están tan a la vista pero que tienen tanta o más importancia. Y creo que los cambios de los últimos ocho años, que tienen continuidad en el presupuesto que hoy aprobamos, se pueden englobar en torno a tres ejes:

  • El avance en derechos.

  • La mejora y el aumento de los servicios públicos.

  • Y en tercer lugar: la transformación ecológica de la ciudad.

Hablemos brevemente de esos tres ámbitos de la mano de ese vecino que retorna a Valladolid tras años sin pisar la ciudad.

En primer lugar, abordaremos el avance en derechos. Ese vecino imaginario del que hablábamos seguramente no podría notar, a simple vista, que el presupuesto en Servicios Sociales se ha (más que) duplicado desde que se marchó de la ciudad. De 15 millones a 37, nada menos.

Pero quizá resulte que su abuela es una de las personas a las que antes no llegaba la ayuda a domicilio y ahora sí lo hace. Porque ese presupuesto para ayuda a domicilio se ha cuadruplicado y ha pasado a atender a más de 4000 personas. De algo más de 4 millones a 18 millones de euros.

Esos cambios cuesta más verlos por la calle, pero marcan mucho más la diferencia en las vidas de quienes se benefician de ello que cualquier arreglo de pavimento.

Del mismo modo, se ha triplicado el crédito para personas sin hogar. Ojalá nuestro amigo tenga la suerte de no conocer a ninguna de ellas, pero es más probable que tenga alguna amistad del barrio que esté en un mal momento y sea una de las más de 700 personas a las que ahora llega una de las ayudas de emergencia y se benefician del 50% de incremento de estas ayudas.

Y es que la acción social ha sido desde el primer momento, sin duda y por total consenso, la principal prioridad. Y por ello el Área de Servicios Sociales vuelve en 2023 a incrementar su presupuesto hasta casi 37 millones de euros, un 20% más.

Prácticamente se ha triplicado el gasto para personas sin hogar y está consolidado un servicio de comedor escolar en verano que no existía. Mejoras en servicios sociales, por cierto, que no son solo cuantitativas, sino también cualitativas: 635.000 euros se dedican este año a agilizar la tramitación de prestaciones sociales y servicios, a promover actividades on line para personas que no se puedan desplazar a los centros previniendo situaciones de aislamiento social y a conectar los servicios que recibe una misma persona. Todo esto se ve menos que cualquier cambio en la vía pública, pero no pasa desapercibido para miles de familias con necesidades.

Y hablando de necesidades a las que es especialmente difícil acceder, tenemos que hablar de vivienda. También hay un antes y un después en esta materia, aunque aún falte mucho por hacer. Se ha multiplicado exponencialmente el parque de vivienda pública, orientándolo a alquiler social, y se seguirá en esta senda. De 12 viviendas de parque público de alquiler social en 2015 a 212 en este momento.

Pero, además, en 2023 se iniciarán dos núcleos más de viviendas para jóvenes: uno con las 40 viviendas en el ala oeste de la antigua Azucarera, y otro con la compra de las viviendas en la dársena del Canal de Castilla; que habría que sumar a las 44 viviendas que se están proyectando ya en Avda de Burgos (junto a las 25 ya ocupadas). Más de 5 millones de euros para vivienda joven.

Pero, como se suele decir, queremos el pan, pero también las rosas. Hablar de derechos es también hacer más accesible la cultura, el deporte o el ocio. Ese joven que regresa a la ciudad después de tantos años encontrará instalaciones deportivas gratuitas al aire libre en prácticamente todos los barrios: 30 se han hecho en estos últimos años. El deporte escolar y de base se ha reforzado extraordinariamente estos años, un camino por el que se seguirá en 2023 con proyectos como el polideportivo del colegio Miguel Delibes.

Y es posible que desde la lejanía, esa persona haya oído hablar de algunos conciertos de renombre en las fiestas de la ciudad. Pero, más importante aún, hay una oferta continua y de cercanía que ha hecho que se haya incrementado más de un 70% la asistencia a teatros y salones de centros cívicos. Del mismo modo que han aumentado significativamente las plazas en campamentos y campus urbanos. Y este año se ejecutará la tercera fase del LAVA, con 1 millón y medio de inversión para crear un espacio multidisciplinar que incluirá las artes plásticas o la cinematografía.

Y, para cerrar este primer eje, el derecho a la participación, que debe cultivarse desde bien temprano. En 2023, por primera vez, se ejecutarán inversiones procedentes de los presupuestos participativos de la infancia.

El segundo eje al que me refería es la mejora y aumento de los servicios públicos. La gestión directa nos está permitiendo ofrecer mejores servicios y que cada persona de Valladolid se beneficie de los buenos resultados de lo público. Es nuestro dinero compartido que va única y exclusivamente a mejorar los servicios.

Y ese vecino del que vengo hablando quizá no lo note especialmente al llegar a su casa. El agua sigue siendo agua, sin duda. Pero puede que su calle sea una de las muchas que se han beneficiado de una renovación de la red, ya que desde 2014 se han multiplicado casi por 8 los kilómetros de tubería que se renuevan cada año. El alto ritmo de inversión de AquaVall se sucede año tras año, y en 2023 ascenderá a 9,5 millones, sin iva.

También gracias a la gestión pública directa NEVASA se podrá invertir 3 millones este año para tener un nuevo tanatorio y una nueva fase en Las Contiendas. Pero para no irnos a este ejemplo, en el que siempre apetece menos pensar, hablemos del parking de la Plaza Mayor. Al volver a la ciudad, este vecino imaginario habrá leído que ahora ese aparcamiento es público. En principio, habrá pensado que le da igual, que la plaza de aparcamiento será la misma. Pero luego quizá se haya enterado por la prensa de que está previsto que el Ayuntamiento ingrese 1 millón de euros en vez de 1 millón de pesetas. Y que ese dinero va a una nueva empresa de movilidad que también está gestionando esos ascensores que le vienen estupendo a su abuelo que ya no se maneja tan bien, como los que ya hay en San Isidro y están terminando en Parquesol; este año se han presupuestado para Pilarica y Girón.

Y con esos ingresos del parking también se pagan parte de esos nuevos aparcamientos para bicis tan modernos que se ha encontrado por la calle. Y es que, además, tras haberse acostumbrado a usar a diario en la bici cuando vivía en otra ciudad europea, se acaba de enterar de que el sistema de préstamo de bicicletas ahora va a tener el triple de bicicletas y de puntos de préstamos por toda la ciudad a partir de 2023.

Al pasar por María de Molina, una amiga le ha contado que el Lope de Vega, donde nació su querida y añorada SEMINCI, estuvo sin destino y en desuso durante años, pero que ahora el Ayuntamiento lo ha comprado y volverá a tener agenda cultural. Igual que volverá a tener vida la piscina Riosol, ahora pública y remodelada.

Es posible que nuestro amigo se pregunte cómo se ha pagado todo esto. Si es que el Ayuntamiento nos está sacando los cuartos para tener más patrimonio y más servicios. Pues bien, toda esta potenciación de lo público se está haciendo sin aumentar la presión fiscal, sin subir precios y aumentando bonificaciones a las personas que más lo necesitan. Ampliamos y mejoramos la prestación de servicios demostrando que la gestión pública es perfectamente eficiente.

Y, por último, el tercer eje es la transformación ecológica de la ciudad. El gran reto para nuestra sociedad en las próximas décadas, del cual Valladolid debe asumir su parte.

Este vecino imaginario que nos va acompañando sabe perfectamente que en otros países hace mucho que se lleva poniendo esta cuestión en el centro de sus preocupaciones. Y por ello le sonará familiar la idea de que vayan a existir comunidades energéticas: es decir, infraestructuras de generación de energía eléctrica, a partir de energía solar, para autoconsumo compartido de varias comunidades de vecinos. Esto va a comenzar a hacerse realidad en varios barrios de la ciudad, con una partida de 330.000 euros en este presupuesto.

Nuestro amigo conoce la importancia del comercio de proximidad para combatir el cambio climático y, a la vez, fortalecer la economía local. Por ello es posible que vea con buenos ojos cómo están mejorando los mercados municipales: no solo el del Val, en el centro, sino también Rondilla, cuyas obras están en ejecución, Delicias o La Marquesina de Plaza España, con proyectos ya redactados. Más de 1,7 millones de euros van este año no solo para las instalaciones, sino también para la mejora de la gestión de la venta fuera del propio mercado. Y otros 3 millones van al apoyo del comercio minorista, con bonos y actuaciones que contribuyan al refuerzo de las calles comerciales en centro y barrios.

También se van a destinar 2 millones de euros a dos obras muy importantes para crear dos nuevos parques forestales: en el cerro de San Cristóbal y en “El Tomillo”. Estas actuaciones supondrán añadir a la trama verde 48,66 hectáreas y supondrá la fijación de una importante cantidad de CO2 y ayudará a la compensación de la huella de carbono de Valladolid.

Para disminuir esa huella, otro de los ejes fundamentales es la movilidad sostenible y la mejora de la calidad del aire. A ese respecto, nuestro vecino imaginario ya se habrá encontrado con cambios muy importantes. Muchas más calles peatonales en el centro, muchos carriles 30 con prioridad ciclista, itinerarios ciclistas nuevos o mejorados en ejes tan importantes como Isabel la Católica o Paseo Zorrilla y un largo etc. Su recuerdo de una flota de AUVASA envejecida queda hoy lejos de unos autobuses más modernos y limpios que han ganado un 25% de velocidad comercial con carriles buses exclusivos en importantes itinerarios. 5 millones de euros más se destinan este año a renovar la flota; el autobús es cada vez más una opción competitiva, cómoda y rápida para moverse.

Pero, además, este año 2023 será un año crucial para esa movilidad sostenible, por tres hitos fundamentales:

  • En primer lugar, 2023 será el año en que Delicias tenga por fin una conexión peatonal y ciclista amplia, luminosa y dos modernos túneles para vehículos que mejorarán su conexión con el resto de la ciudad.

  • También será el año del nuevo sistema público de préstamo de bicicletas con el triple de estaciones y de bicis, así como aparcamientos cubiertos por toda la ciudad.

  • Y será el año de la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones, que gradualmente irá convirtiendo a la ciudad en un espacio más libre de humos y de ruidos, más seguro para niñas y mayores. Con ello ganará toda la ciudad, porque como se ha comprobado en otras ciudades europeas, la creación de estas zonas reducen la movilidad contaminante en toda la ciudad.

Nuestro vecino podrá comprobar que los Fondos Europeos han supuesto una gran oportunidad para modernizar la ciudad y abordar la transición ecológica y el Ayuntamiento se ha volcado para aprovecharlos.

Esa persona en la que he ido apoyando esta exposición es, obviamente ficticia. Pero los datos y los hechos que la han acompañado son reales. Las casi 300.000 personas reales que convivimos en Valladolid vemos cómo se va transformando. Pero, como nos pasa con casi todo, a menudo hace falta distancia para percibir los cambios. Por eso me he permitido esta licencia, para tener la perspectiva del tiempo, para tomar consciencia de que cada aprobación de un nuevo presupuesto no es una mera sucesión de pequeñas obras y actuaciones, sino que es un peldaño en la construcción de un modelo de ciudad. Por eso creo que, aunque estos son los presupuestos para el año que viene, definen un proyecto de ciudad para la próxima década: una Valladolid más amable, más igualitaria y más verde.

Quiero adelantar, antes de mi segunda intervención, que aceptaremos enmiendas del Grupo Municipal Ciudadanos relacionadas con movilidad, parques y acción social.

Y una segunda cuestión que no quiero dejar para luego. Porque tengo muchísima curiosidad por saber cómo puede ser que el Partido Popular en el Ayuntamiento de Valladolid presente una enmienda para realizar un estudio y proyecto de ejecución del soterramiento después de haber rechazado incluir 3 millones de euros para ese mismo fin en los Presupuestos de la Junta de Castilla y León.