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Los parques biosaludables llegan a veinte barrios con la instalación de seis nuevos circuitos

  • El Ayuntamiento invirtió120.000 euros en 2017 y ha recibido peticiones vecinales para colocar más este año. Artículo publicado en El Norte de Castilla el 22 de enero sobre la Concejalía de María Sánchez

Van ya unos cuan­tos metros los que lleva Jesús Con­de (69 años) recorridos a lomos de una de las dos elípticas recientemen­te instaladas en el parque de la Paz. Sudadera gris, auriculares para la ra­dio y casi una hora por delante para mantenerse en forma. Cuenta Jesús que desde hace meses reclamaba al Ayuntamiento la instalación de un parque biosaludable en Delicias, que hizo llamadas al 010, que envió car­tas al alcalde, que pidió por varias vías esta inversión que, por fin, el pasado 5 de noviembre, se hizo rea­lidad.

«Antes me iba hasta Las Mo­reras porque aquí en el barrio no ha­bía estos circuitos. De vez en cuan­do me acerco andando hasta el río porque el parque aquel es más com­pleto, hay más aparatos, y porque allí tengo amigos. Pero ahora puedo bajar aquí, me pilla al lado de casa y viene muy bien para hacer ejerci­cio», explica Conde, albañil jubila­do de origen gallego, que trabajó en Suiza y Arabia Saudí, recaló en Valladolid para levantar el hospital Río Hortega… y aquí se quedó. Compar­te ahora mañanas de ejercicio con vecinos del entorno, que acaban de estrenar una de las seis áreas de ejer­cicios biosaludables que el Ayunta­miento ha instalado en la capital.

La concejalía de Medio Ambien­te, que dirige María Sánchez, cerró 2017 con la colocación de este tipo de estructuras en zonas emblemáti­cas de los barrios, como el parque del Reloj (Parquesol), el Ribera de Cas- tilal (La Rondilla), la plaza de la dan­za (Vadillos), los jardines de La Ru­bia o el complejo dotacional de la zona este (Pajarillos). También en este parque de la Paz en el que Jesús Conde se encuentra casi a diario con Conchi Estrada, quien dice ya haber perdido diez kilos gracias al ejercicio físico.

«Antes me iba a andar todos los días por la zona del hospital, aho­ra bajo aquí, un poco por la mañana y otro por la tarde, y recorro todos los aparatos». Delicias se ha sumado así al listado de espacios en los que se han instalado estos circuitos biosaludables, una dotación que recaló en la ciudad en el año 2009 (al amparo del plan E) y que ya suma 32 áreas (en veinte zonas), con las seis nue­vas incorporaciones, que han supues­to una inversión de 120.000 euros, incluida además la reparación de ele­mentos en distintas áreas existen­tes. La previsión es que, a lo largo de este año, se añadan nuevos espacios, pues estos parques biosaludables son una reivindicación vecinal recurren­te.

No hay más que echar un vistazo a las inversiones más votadas en los presupuestos participativos, que incluyen la instalación de este tipo de estructuras en varios puntos de la ciudad, como la plaza de las Nieves o Covaresa. La concejala Ma­ría Sánchez recuerda que todavía no se ha decidido la ubi­cación de los nuevos parques biosaludables (también había peti­ciones desde Puente Jardín, Pajarillos o San Isidro), pero recuerda que el presupuesto del área para este 2018 incluye 677.000 euros para la adqui­sición de columpios, bancos-mesa y circuitos de este tipo.

«Es una inversión importante la que hemos hecho durante los últimos meses en este sentido, puesto que de las veinte zo­nas existentes, seis son nuevas», in­dica la edil. Estos espacios de nueva generación cuentan además con unos paneles informativos en los que se ofrecen al usuario recomen­daciones para la mejor utilización de los aparatos y, al mismo tiempo, se informa sobre el número al que hay que avisar en caso de averías o mal estado (el 010). Cada aparato in­cluye también información sobre el número de repeticiones necesarias para series suaves, medias y de alto rendimiento. Emeterio García (68), vecino de la calle Transición, cuenta que esta nueva zona biosaludable en el parque de la Paz le permi­te hacer ejercicio sin tener que re­cluirse en un gimnasio. «Lo he in­tentado, pero prefiero el aire libre», dice, al tiempo que, junto a sus com­pañeros de rutina, reclama «con­ciencia ciudadana para respetar y cuidar las instalaciones».