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Regularemos el uso turístico de viviendas para evitar el deterioro de la convivencia y el aumento del precio de los alquileres

  • En el programa electoral se adquiere el compromiso de disponer de medidas de carácter normativo similares como las adoptadas en otras ciudades

Dedicar viviendas al uso turístico está siendo objeto de múltiples problemas en las ciudades de mayor afluencia. Y por ello en Barcelona, Madrid, Valencia o Palma se están regulando de forma específica este tipo de nuevas ocupaciones de las viviendas. En Valladolid las cifras son todavía contenidas (la Asociación de Hoteles estima que hay 200 pisos y 500 camas ya en el mercado, con aproximadamente 70.000 pernoctaciones al año), aunque van en aumento.

La regulación actual se contiene en un decreto de la Junta de Castilla y León (BOCyL del 17 de febrero de 2017), pues es esta administración la que tiene las competencias sobre turismo. Al Ayuntamiento solo se le pide constancia de que la vivienda que se solicita cuente con licencia de primera ocupación, o cédula de habitabilidad. Y si se pretendiese cambiar el uso de oficina a vivienda, que se tramite una DROU (declaración responsable) en tal sentido. De manera que la limitación es mínima.

En el programa electoral de Valladolid Toma La Palabra se adquiere el compromiso de hacer frente al incremento de este tipo de viviendas de uso turístico, disponiendo medidas de carácter normativo similares a las que se han adoptado en otras ciudades (definición de usos en el planeamiento, definición de zonas saturadas, exigencias de acceso diferenciado, inspección sistemática de redes y espacios ofertados o limitación de esta actividad según la tipología).

Se trata así de tener en cuenta los posibles conflictos en la convivencia que este uso puede generar, así como, el impacto en el precio de los alquileres. Unos efectos que la Consejería de Cultura y Turismo no contempla, cuando en el Decreto 3/2017, en su exposición de motivos, dice «que únicamente pretende «ampliar la oferts y dar respuesta a una demanda que se ha ido incrementando». Manuel Saravia por tanto apunta «solo se piensa en el turismo y no en la calidad de vida de las personas que residen en nuestra ciudad».