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VTLP quiere reforzar los programas educativos de los museos de Valladolid

El 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos y el 20 de mayo celebraremos la Noche Europea de los Museos.

La Organización Internacional de Museos ICOM señala este año la contribución de los museos a la sostenibilidad y al bienestar que incluye desde la acción climática hasta el fomento de la inclusión, la lucha contra el aislamiento social o la mejora de la salud mental.

Desde Valladolid Toma La Palabra queremos poner en valor los numerosos museos de la ciudad y generar una red entre ellos, dado que como señala la propia ICOM, los museos están al servicio de la sociedad, fomentan la diversidad, el intercambio cultural y la participación de las comunidades, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos para el desarrollo de la comprensión mutua y de la colaboración.

Así, VTLP es consciente de que cada museo de la ciudad resulta del feliz encuentro entre un espacio, una colección y un equipo de gestión. Espacios del conocimiento, del diálogo y del aprendizaje. Lugares de preguntas, relatores de una parte sustancial del patrimonio cultural, de ciertas piezas seleccionadas de la memoria colectiva. Almacenes de herramientas culturales que “golpean sin herir” (como ha dicho Genís Roca). Por eso queremos potenciar la dimensión interrogativa de todos los museos (no solo los de arte contemporáneo).

En Valladolid hay más de una docena de museos y se quiere que todos trabajen conjuntamente para enriquecer el debate de la cultura.

Por ello VTLP enfatizará la coordinación entre instituciones museísticas (municipales y de otras administraciones y entidades privadas), definiendo, en ocasiones, estrategias conjuntas que favorezcan el acceso de nuevos públicos. Todos a una. Los dos grandes de la ciudad (el de la Ciencia y el Herreriano), las casas museo (de Zorrilla, de Cervantes), los de otras culturas (Oriental, Arte Africano), el Museo de Valladolid, el de San Joaquín y Santa Ana. Y especialmente, el de Escultura.

De hecho podrían vincularse, en ocasiones, algunas programaciones de distintos museos para potenciar su efecto de conocimiento. Y por poner un ejemplo, María Sánchez recuerda algunas propuestas que se han llevado a cabo en varias instituciones, pero por separado. Y que su combinación tiene enorme potencialidad. Por poner un ejemplo, sobre las nubes: En un museo, el Herreriano, se pueden exponer las de “La naturaleza de las cosas”, de Chema Madoz; o las “Nubes verdes, cielo gris”, de Juan Ugalde; debatir sobre los “caminantes sobre el mar de nubes” o las algodonosas de Magritte; y en otro, el de la Ciencia, una muestra de nefología (la rama de la meteorología dedicada a las nubes), o la conferencia de hace un par de años de J. M. Viñas “Buscando nubes”. O también sobre el almacenamiento de datos “en la nube”. Colaborando con la Asociación de Observadores de Nubes. Y ponerlo todo en relación.

En el ámbito de la administración se requiere que la selección del personal de alta dirección se celebre mediante procedimientos públicos y abiertos, bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad. Pero también, consecuentemente, es necesario nivelar las condiciones de los trabajadores de unas y otras instituciones culturales dependientes del Ayuntamiento (un requisito que en la actualidad no se cumple).

Pero, sobre todo, importa cuidar la formación de los públicos para poder disfrutar y aprovechar a fondo el aprendizaje y la vida en los museos.

María Sánchez concede un valor extraordinario a las actividades formativas de adultos, escolares, familiares y específicas (en determinadas exposiciones), así como el acceso a la investigación que se vaya desarrollando en esas instituciones, para que los significados complejos que se derivan de las prácticas artísticas y científicas aporten su mayor sentido, implicando aún más a quien mira. “Hay que facilitar la interpretación social del patrimonio cultural que se guarda y muestra en los museos”, concluye la candidata a la alcaldía.

Porque “sin educación, un museo no es nada”. Y para ello prevé ampliar la programación educativa para la comunidad escolar y para adultos, pero sobre todo triplicar el personal de educadores que actualmente trabaja en los museos municipales, notoriamente insuficiente.